He estado comiendo en Mugaritz, un reputado restaurante guipuzcoano aspirante a una tercera estrella Michelín.Situado entre Astigarraga y Oiartzun el local está enclavado en un sitio puramente eusko rodeado de verde.
El servicio es bueno, aunque mi recomendación al responsable de sala es que no debería perderse en dialécticas inútiles con los clientes queriendo dar sensación de falsa humildad y servicio, o sea, no discutas con los clientes, aunque sea adornándolo, porque tienes las de perder.La sumiller, por el contrario, dio muestras de conocimiento (sorprendente siendo de origen canadiense-filipino criada en Chicago)y de exceso de ganas de quedar bien. Pero mujer ¿cómo consentiste que nos bebiéramos un Vega Sicilia Único 1994 después del poderoso Maurodos San Roman de Toro?, que ya me pareció una mala elección para empezar, un vino con exceso de fuerza que deja el paladar y la nariz noqueadas para el resto de la comida, mejor haber empezado con el Único y en la segunda parte del extenso menú haber degustado los 20 meses de barrica del San Román. Al final volvimos a Toro con un Pintia de las bodegas Vega Sicilia.
Aparte la comida me pareció escasa (y eso que eran 11 platos), muy bien presentados y estudiados aunque con exceso de ingredientes "exóticos".Lo mejor, como siempre la compañía. Da gusto ver como alguien puede disfrutar tanto cada segundo de la comida como mi amigo Aramburu. A Natxo lo noté demasiado callado, incluso para él ¿qué te preocupa? y el señor Mariano en su línea, muy agradable, muy catalá, pero extremadamente preocupado de que todo el mundo conozca sus amistades, que si el amigo Ferrán Adriá, que si el sumiller del mejor Restaurante de NY,...
Sinceramente, me gustó mucho más Arzak (merecidísimas tres estrellas), aunque en cuanto a localización Mugaritz le gana.
De todas formas sigo pensando que todo esto de la cocina de alto nivel se está adornando de una gilipollez infinita y como siempre digo, en la sencillez y la diversidad está el gusto.
Por cierto la broma rondó las 4 cifras para 4 personas
Nos vemos en Akelarre
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