El otro día me encontré una película en el video club de la cual no había oido nada. La carátula en un principio me gustó, el elenco no dejaba dudas de que podía ser una gran película: Susan Sarandon, Gabriel Byrne o los imperecederos Cristopher Plummer y Max Von Sydow.
Desde el primer momento me gusto el clima de la película, su temperatura perfecta mostrada en colores pintados con pinceles de sentimientos.
Lo que más me gusta es las difíciles preguntas que plantean
¿En algún momento se pueden cerrar las heridas abiertas en el trascurrir de tu vida?
¿Puedes volver a ser feliz con alguien que has llegado, aunque fuera unos simples segundos, a odiar?
¿Hasta qué punto entendemos a otra persona,incluso las más cercanas, aquellas a las que has jurado amor eterno ?
¿Existe realmente el perdón? ¿Tenemos capacidad de perdonarnos a nosotros mísmos?
La diferencia entre el sentido de la felicidad de unas personas y otras pueden llegar a ser caminos imposibles de tangenciar.
Sin duda un gran descubrimiento
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