Papá y Mamá

Llevo tiempo sin escribir, pero mes que realmente no he tenido mucho que contar.
Este año me he quedado de vacaciones en Donosti y tengo que reconocer que las estoy disfrutando.
Todos los días sigo la misma rutina. Me levanto a las 6,30 y me voy a hacer kilómetros corriendo. Luego compro la prensa, desayuno y mercado para preparar la comida. Por la tarde bicicleta y/o baloncesto. Por cierto hoy he ido al fisioterapeuta y estoy igual que si me hubiesen dado una paliza.
Pero lo mejor de todo es que tengo aquí a mis padres. Es curioso la fuerza que te pueden dar las personas que te quieren, esas que no te recriminan nada y te miran, a pesar de todo, con ojos de orgullo.
A veces pienso que tener hijos me da miedo, sobre todo por esa extraña pasión de los padres. Siempre que los miro sé que son las únicas personas en el mundo que se dejarían matar por mí y eso duele porque nunca podré hacer suficiente en vida para pagarles ese amor desinteresado.
No sé, Papá Mamá os quiero y no me puedo imaginar la vida sin vosotros y sobre todo me encanta que esteis aquí conmigo.
Las fotos las saqué el otro día en Bayona (la primera vez que mis padres pisaban tierras gabachas)