Esta mañana me he permitido el lujo de ir a desayunar al lado del mar. Después del temporal que hemos sufrido ver que amanece con 14º y el cielo despejado no deja más opción que irse a tomar un café y tostadas viendo Ondarreta. Pequeños dispendios de euforia que gusta compartir, aunque sea a través de una fría web.
Leer toda la prensa (incluido el panfleto neonazi Gara), mirar hacia el mar y pensar que esta sensación de segundos, de minutos, siempre se te quedan como algo a lo que acudir para mitigar la tristeza o dilatar la alegría, envolverte en nostalgias o simplemente calentar el estómago disfrutando de los pequeños y efímeros placeres que de vez en cuando te regala la vida.
La foto proviene de la cámara web instalada en el restaurante Branka en el Peine de los Vientos y que podéis visitar en la web http://www.branka-tenis.com.
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