"Todo el mundo necesita ser encontrado"

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Brideshead Revisited


Ayer me quedé patidifuso viendo la tele. Emitieron un trailer de la versión cinematográfica de Retorno a Brideshead en el 2008. No me lo podía creer.
Leí (la primera de 3 veces) la novela de Evelyn Waugh en el año 80 y me enamoré del libro. La "profunda" relación de amistad entre Charles Ryder y Sebastian Flyte me marcaron como adolescente. Las relaciones de amor-odio  con la familia Flyte, el ambiente del Oxford pre-guerra mundial, el Castillo de Brideshead.
Sería difícil sintetizar de qué va Retorno a Brideshead. Hablaríamos de  religión, puesto que se narra la vida de una familia de católicos ingleses  y cuyo trasfondo es, precisamente, la residencia que aparece en el título. Las nociones de culpa y de pecado están presentes en todas y cada una de las acciones de todos los integrantes de la familia y ensombrece la muerte del padre, lord Marchmain, quien se apartó de la religión para vivir su vida en Venecia y que en el lecho de muerte pide confesión.(Esto fue una constante en la vida de Waugh)

Pero también trata de la historia de dos amores: los que Charles Ryder siente en dos etapas de su vida por los dos hermanos Flyte, Sebastian y Julia. El primero es el amor post-adolescente, un amor "idílico" que se aparta de la sociedad y que se vive entre fiestas, fresas y champagne durante sus viajes a Oxford, Londres, Venecia o Brideshead. El segundo es el que le lleva hasta Julia Flyte , un amor de madurez. Charles la encuentra en un crucero atrapado en un frío martimonio tras dos años de estancia en América Latina. En el barco que los transporta a Inglaterra, Charles reencuentra a Julia, también casada infelizmente. Surge un amor que durará hasta la muerte del padre de ella. Un amor calido, sincero, total y finalmente roto por la culpa. Tal vez por la misma vida, que pasa y se lleva todo por delante.

En la novela se adivina la tragedia del eterno insatisfecho que es Sebastian, el Ángel Caído,  que jamás logra encontrar un sentido a su vida, y que termina sus días en el norte de África. 

La serie, sino recuerdo mal la emitieron en TV1 en año 81-82. Recuerdo las noches que me quedé para ver la serie, por cierto la más fiel adaptación que se podía hacer. 
El reparto fue elegido a conciencia, Jeremy Irons, Anthony Edwards, el magnífico Laurence Olivier en uno de sus últimos papeles o la maravillosa Claire Bloom como Lady Marchmain.
Aparte de la ambientación victoriana es un relato sobre a verdadera amistad, el amor y la lucha por encontrar a Dios. 
No sé si iré a ver la película, aunque la protagonice Emma Thompson, no quisiera perder el grato recuerdo que me trae la serie.
Fue el flash-back más largo de la historia de la televisión. Creo que eso es lo que más me gustó la serie, la capacidad que tienen ciertos lugares de atraer a tu memoria los momentos vividos en ellos.
Por cierto si os podéis hacer con la BSO de la serie no lo dudéis (está descatalogada). 
Tenéis que leer el libro, ver la serie, escuchar la música y después tal vez ir a ver la película.
Para los amantes de Lost in Translation, no sé si recordareis la escena en la que Kelly (la tonta actriz rubia) se encuentra a John y Charlotte en el Hall del hotel y les dice que está de incognito bajo el pseudónimo de Evelyn Waugh y luego le dice Charlotte a John que Evelyn era un hombre.


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